viernes, noviembre 05, 2010

Palabras de instalación del V Encuentro de las ONG
El Desarrollo como reto de las ONG

Luis Julián Salas Rodas
Sociólogo
Especialista y Magister en Ciencias Sociales
Magister en Ciencias de la Educación
Director Ejecutivo de la Fundación Bien Humano

En este V Encuentro consecutivo de nuestro gremio. La jornada de este día retoma la reflexión que iniciamos el año pasado en el IV Encuentro, con la pregunta: ¿Cómo estamos frente al desarrollo? Una mirada prospectiva de las ONG. La invitación al análisis, al debate y la reflexión está centrada en cuatro ejes temáticos, los cuales orientarán los grupos de trabajo: El Territorio, las Relaciones entre Actores Sociales, Las Políticas Públicas y la Gestión organizacional.
Las ONG nos hemos ganado un espacio y un reconocimiento como actores sociales frente al desarrollo. Independiente de los adjetivos que queramos ponerle a la categoría desarrollo, el objeto misional de nuestras organizaciones pretende el cambio, la transformación positiva de situaciones personales, grupales o colectivas. A este propósito aunamos todos los recursos materiales y humanos disponibles; pero el desarrollo es, también, asunto de la voluntad y de las decisiones de otros actores, entre ellos, y de manera muy principal, el Estado, como detentador del poder político y el sector privado, como detentador del poder económico.
En cuanto ONG hacemos parte del denominado Sector Social o Tercer Sector conformado por una pluralidad de organizaciones y colectivos que no siempre convergen y le apuestan a objetivos comunes. A veces me pregunto si en Colombia tenemos un verdadero Sector Social que sea vocero y representante del pensamiento y las propuestas de las organizaciones de la sociedad civil. ¿Qué tanto contribuimos e incidimos en el desarrollo del país? ¿De qué monto es la participación del Sector Social en el producto interno bruto del país? En plata blanca no lo sabemos. Con los ejercicios de rendición de cuentas, que es una buena práctica, hemos empezado a dimensionar el aporte de las ONG federadas. A pesar de la energía, y de la ingente gestión en la consecución y movilización de recursos económicos, del fortalecimiento organizacional, del manejo eficiente de los ingresos, estos siempre serán insuficientes para atender las demandas de las comunidades, y la sostenibilidad y el crecimiento. Seamos más realistas y más humildes. El trabajo institucional tiene límites muy estrechos. El poder de la solidaridad que detentamos las ONG y el pretendido Sector Social es valioso pero insuficiente para alcanzar todos los retos del desarrollo. En mi opinión, sin dejar la gestión social y organizacional, tenemos que trabajar más como gremio en la agenda de la Incidencia Política.
La incidencia política son “los esfuerzos de la sociedad civil organizada para influir en la formulación e implementación de las políticas y programas públicos a través de la persuasión y la presión ante las autoridades e instituciones del poder público”. (www.programafrida.net)
No es posible transformar la sociedad sin transformar el Estado, es decir, el sistema político. Los políticos, en una democracia, son aquellas personas que mediante la vinculación a un partido o movimiento pretenden y detentan el poder político, es decir gobiernan, y toman decisiones que afectan a toda la sociedad o a un sector en particular. Entre nosotros tanto los políticos como los partidos no gozan del suficiente respeto, credibilidad y por eso el noble ejercicio de la política y el arte de gobernar se lo dejamos solo a ellos, para no contaminarnos. El 50% de la población colombiana en edad de ejercer el derecho al sufragio no lo hace. El Estado colombiano tiene serios problemas de corrupción, legitimidad y gobernabilidad; aún no ha logrado el control total del territorio, ni el monopolio de las armas y sigue enfrentando un conflicto armado, desde hace décadas, que destruye el capital físico, humano y social del país.
En cuanto a la participación ciudadana la cuestión también es grave, la encuesta de percepción ciudadana de Medellín Como Vamos afirma que, en el 2010, el 97% de los encuestados dicen no pertenecer a algún grupo u organización comunitaria. La apatía y la escasa participación personal e institucional en la política hace vulnerable y precaria la permanencia de nuestra gestión social en las comunidades. Hace falta mayor formación de la ciudadanía en cultura política. La representación social que tenemos de lo público no es tanto aquello que pertenece a todos sino aquello que no es de nadie, aquello que carece de dolientes. La incidencia política sigue siendo una herramienta, subvalorada, de participación ciudadana. La incidencia política debe convertirse en un ejercicio de poder de las organizaciones de la sociedad civil. Incidir en política desde las organizaciones sociales no tiene como objetivo la toma del poder político, la supresión o suplantación de los partidos políticos; y mucho menos infiltrar, penetrar, o capturar el Estado con propósitos de beneficio privado. Incidir en política es influir en los políticos y en los servidores públicos que toman decisiones, que fijan prioridades, que ordenan y ejecutan los presupuestos. Incidir en política es fijar posiciones claras, firmes y convincentes para resolver problemas específicos de las comunidades y colectivos en contextos de conflictos y de juegos de intereses.
La incidencia política no debe concebirse como una acción coyuntural u ocasional. Es una acción organizada y planeada que implica el despliegue de capacidades de análisis, de propuestas, de negociación, de investigación, y de comunicación. La incidencia política nada tiene que ver con las prácticas de lobby contractual y de concesión de preferencias. Es cierto que las organizaciones sociales vienen entendiendo y asumiendo tareas en la formulación de políticas públicas sectoriales. Es un avance pero insuficiente. De poco sirve consignar en un documento y en una ley lineamientos sino se está atento a monitorear y dispuestos a movilizar y realizar veeduría sobre su correcta aplicación. Cuando su aplicación es incorrecta, por acción u omisión, es el momento de incidir políticamente. Incidir en lo político implica entrar y mantener relaciones con autoridades gubernamentales que no siempre ven con agrado esta tarea, que desconfían de las intenciones, que mantienen prejuicios muchos de ellos producto del desconocimiento de la razón de ser las organizaciones sociales. El ejercicio de la incidencia política está expuesto a las contingencias de los cambios de gobierno, de la movilidad de los servidores públicos, de la coyuntura, de la cuantía y prioridad de los planes de desarrollo. Lo logrado en incidencia política puede devolverse o anularse. Es un trabajo de estrategia y persistencia. Requiere de formación y de habilidades en el relacionamiento y en la argumentación por parte de los responsables.
La defensa y representación de los intereses sectoriales es una actividad propia de los gremios. Es necesaria e indelegable y en cuanto incidencia política es algo muy distinto a financiar campañas o a involucrarse en contiendas partidistas. La incidencia política se enmarca en la construcción y defensa de los bienes públicos. La Federación Antioqueña de ONG tiene la trayectoria y el reconocimiento suficientes para incidir más en la política regional y local. En tal sentido la Federación en unión con otros gremios y la secretaría de desarrollo social del municipio de Medellín viene trabajando en una propuesta de formulación de una política pública de fortalecimiento institucional de organizaciones de la sociedad civil. Así mismo lleva a cabo una Mesa de Entendimiento con la administración de Medellín como un espacio válido para concertar iniciativas de interés común.
El desarrollo de un país es un proceso dirigido y de logros acumulados donde los actores sociales, bajo el liderazgo del poder político del Estado, convergen en alianzas y en la fijación de propósitos. En reciente intervención del Presidente Piñeras de Chile en las Naciones Unidas afirmó que su país se ha propuesto acabar con la pobreza extrema en 4 años y la pobreza restante en 20 años. Pensé cuando será que el Estado y la sociedad colombiana asumirán el reto de un objetivo similar. Sin la intervención del sistema político, sin una mejor formación en cultura política de la ciudadanía y sin acciones de incidencia política por parte de los gremios y las organizaciones de la sociedad civil no será nunca posible alcanzar mayores niveles de desarrollo. Insisto: el reto del desarrollo implica y obliga a las ONG a construir relaciones con el Estado, con los gobiernos de turno y sus funcionarios, aun cuando dichas relaciones no siempre sean cómodas, por las presiones y la veeduría ciudadana que debemos ejercer; demanda, para las ONG, para el gremio, para el Sector Social y para quienes participamos en las organizaciones un doble trabajo, una doble condición: como ciudadanos en cuanto personas naturales y como representantes de una persona jurídica llámese Fundación X, Corporación Y o asociación Z. Son responsabilidades y compromisos ineludibles.
En nombre del Consejo Directivo de la Federación Antioqueña de ONG agradezco su asistencia y su apoyo económico; igualmente a Bancamía, a las Empresas Públicas de Medellín y a la Alcaldía de Medellín por hacer posible la realización de este evento. Expreso, además, el reconocimiento al equipo de la Federación por su diligente trabajo en la organización. Celebro que el encuentro sea en este espacio verde y ecológico del Jardín Botánico, un bien público de la ciudad, resultado de la unión entre la administración y reconocidas ONG.
Muchas gracias
Medellín, Jardín Botánico, noviembre 3 de 2010